miércoles, 25 de abril de 2012

La vuelta al mundo de 80 días


¿Quién no conoce esta novela de Julio Verne? Seguramente tendréis cierta idea de lo que trata. Pues, os quiero mostrar el último párrafo de esta gran obra, ya que me ha gustado mucho. Después de llegar a Londres y recibir el dinero ganado en su apuesta (20.000 libras) tan solo gana 1.000 dado que se gastó 19.000 por el camino (sobornos, compras, pagos...) y esos mil extra los reparte entre su fiel servidor Passepartout y el inspector de policía, el Agente Fix. Y en su travesía por la India, rescató a una joven viuda que iba a ser sacrificada, Aouda, que finalmente, ella y Phileas Fogg acaban enamorados y casados. Hecho un breve resumen de ciertos acotencimientos, doy paso al último párrafo de la novela. (siento ser spoiler, pero es para que tengáis cierta idea de lo que hablo).

Así, pues, Phileas Fogg había ganado su apuesta. Había realizado en ochenta días un viaje alrededor del mundo. Había empleado para hacerlo todos los medios de locomoción, paquebotes, trenes, coches, yates, barcos mercantes y hasta trineo y un elefante. El excéntrico gentleman había desplegado en la empresa sus maravillosas cualidades de serenidad y de exactitud. Pero ¿y qué? ¿Qué había ganado a lo largo de ese viaje? ¿Qué había obtenido de él? Nada, se dirá. Nada, en efecto, sino una mujer encantadora que, por inverosímil que pueda parecer, hizo de él el más feliz de los hombres.
Y, en verdad, ¿quién no daría, por menos de eso, la vuelta al mundo?

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